Difícil cuestión planteo. A la hora de elegir nuestro primer compañero de equipo, o de ampliar el que ya tenemos nos puede surgir la duda de cual debería de ser su sexo. ¿Existen grandes diferencias entre los machos y las hembras? ¿Hasta qué punto puede influir en la modalidad en la que voy a competir?

Como no soy quien para empezar a dar datos sobre éste tema tan amplio y complejo, decido recoger la opinión de algunos de mis compañeros y compañeras del Club y realizar un resumen de los datos obtenidos. Como Olga Ramón dice: «no es una ciencia exacta».

Hembras: Por lo general maduran antes. Son más fáciles de adiestrar. Llegan a alcanzar mejor velocidad punta. Suelen ser las líderes de la manada. De menor tamaño, peso y musculatura. Tienen el celo dos veces al año (en el caso de no estar esterilizadas) aunque no suele ser ningún problema para ellas deportivamente hablando. «Aprenden antes las órdenes» (Jose Arenas).

Machos: Más fuertes y corpulentos, y por lo tanto mayor musculatura. Menos avispados que las hembras. Tal vez un poco menos rápidos en general pero más capacitados para tirar de vehículos. Posibles peleas entre machos cuando perciben una hembra en celo, pudiendo afectar altamente el rendimiento o resultado deportivo en casos puntuales. «Un poco más huevones» (Olga Ramón) «El mejor líder para mí es un macho grande y centrado» (Joserra). «Un macho confiado, firme y fuerte, que respete a su musher y lo vea como su líder sería una de las mejores opciones» (Jose Mas)

Como conclusiones podemos sacar que las diferencias entre machos y hembras son notables físicamente, pero mínimas deportivamente. Que nos resultará más fácil y tendremos resultados tempranos con las hembras con respecto a la parte de adiestramiento. Que el celo no repercute en el rendimiento deportivo y que suelen ser líderes. De los machos podemos decir que serán los grandes y fuertes atletas que seguirán a las líderes, y que en el caso de ser ellos los que lleven el liderazgo conseguirían el deleite de algunos mushers.

Para finalizar diré, que siempre hablamos en general, y que en particular puede que no sea como lo pintamos. Que los compañeros caninos lo van a dar todo independientemente de su sexo. Que el amor incondicional hacia nosotros tampoco entiende de sexo. Que la genética sí influye notablemente. Y como bien dice nuestro compañero PJ «Lo que marca la diferencia es la actitud».

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